La misma Historia

Nos conocimos a finales de los 60’s. Eramos secundarianos que soñábamos con cambiar aquel mundo regido por adultos que hacían gala de una lógica absurda y completamente incomprensible. Teníamos toda la energía para hacer ese cambio, éramos invencibles, nosotros sí íbamos a hacer las cosas bien. Fue ahí, en las bancas de la escuela, en donde se desarrollaron los más ambiciosos proyectos de paz mundial, igualdad entre los seres humanos, fin de las enfermedades, mucha música y mucho amor. Y por supuesto, nosotros seríamos los adalides que llevaríamos a nuestro planeta a tal estado de perfección. Nos imaginábamos, sin ningún rubor, hablando ante las Naciones Unidas o recibiendo un Premio Nobel.
Pero nos fuimos haciendo adultos y así fuimos descartando uno a uno nuestros sueños. Había que labrar un futuro, ésa fue la señal que recibimos; nos dedicamos a hacer carrera, dentro de las aulas universitarias o en algún centro de trabajo y nuestros ideales fueron remplazados poco a poco por nuestras responsabilidades. Por años, nos dedicamos a “empujar la carreta”. Había otras personas que dependían de ello.
Y nos hicimos viejos. Las responsabilidades ahora disminuyen y nuestros antiguos sueños resurgen tímidamente, sólo que ahora los adalides son otros, muy pequeños, nuestros nietos quizá. Ellos sí van a hablar ante Naciones Unidas y recibirán el Premio Nobel: tienen toda la energía para hacerlo, ¡son invencibles!... y soñando los vemos grandes, inmensos, como ellos mismos se verán dentro de poco, antes de que inicien su vida adulta y se llenen de responsabilidades que sustituyan sus propios sueños… ¿Dónde escuché una historia similar?

Comentarios

  1. ...con respecto al tema de "nos hicimos viejos" ¿Podrías especificar a quien te refieres?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares