El Padre Salcido
Vivíamos en la misma cuadra de la Capilla de Fátima, por la calle Zacatecas. Cuando llegamos a esa casa, el templo estaba en toda la efervescencia de su construcción; tenía una torre levantada y la otra estaba a medias; sus puertas permanecían abiertas todo el día y siempre había gente trabajando.
El alma del templo, su incansable constructor y promotor era el padre Jaime Salcido, un señorón alto, alegre, hiperactivo y con un genio endemoniado, cuando algo no le parecía. Conocía perfectamente a todo el chamaquero de su parroquia y a la mayoría de nosotros -niños y niñas-, nos puso en incontables ocasiones a ayudarle con la Misa. Toleraba con una risita nuestros arranques de rebeldía adolescente y apapachaba con cariño a las señoras -bastante mayores- que lo auxiliaban.
Fundó una escuela de señoritas, las cuales iban uniformadas con blusa blanca y una falda azul-gris muy por debajo de la rodilla, cosa imperdonable en esa época en que las faldas juveniles apenas cubrían la parte baja de la espalda. "Las Reynaldas" les decíamos con mofa, y nos ganábamos miradas aniquiladoras de las sufridas escolapias.
Fue testigo de nuestra infancia y adolescencia y a la mayoría nos vio formar nuestras propias familias. Al casarme yo me fui a vivir a otra ciudad y lo perdí de vista. Regreso ahora y me encuentro un templo prisionero de rejas y candados, con rígidos horarios. Los restos del Padre Salcido reposan junto al altar y allá, en un rincón de la banqueta, está un busto en su memoria, que se parece más a John Wayne que a él. El templo enorme, abierto y acogedor que nos vió crecer es ahora cautivo de cadenas. Sobran rejas y falta vida..... falta tal vez, la inagotable energía del padre Salcido.
El alma del templo, su incansable constructor y promotor era el padre Jaime Salcido, un señorón alto, alegre, hiperactivo y con un genio endemoniado, cuando algo no le parecía. Conocía perfectamente a todo el chamaquero de su parroquia y a la mayoría de nosotros -niños y niñas-, nos puso en incontables ocasiones a ayudarle con la Misa. Toleraba con una risita nuestros arranques de rebeldía adolescente y apapachaba con cariño a las señoras -bastante mayores- que lo auxiliaban.
Fundó una escuela de señoritas, las cuales iban uniformadas con blusa blanca y una falda azul-gris muy por debajo de la rodilla, cosa imperdonable en esa época en que las faldas juveniles apenas cubrían la parte baja de la espalda. "Las Reynaldas" les decíamos con mofa, y nos ganábamos miradas aniquiladoras de las sufridas escolapias.
Fue testigo de nuestra infancia y adolescencia y a la mayoría nos vio formar nuestras propias familias. Al casarme yo me fui a vivir a otra ciudad y lo perdí de vista. Regreso ahora y me encuentro un templo prisionero de rejas y candados, con rígidos horarios. Los restos del Padre Salcido reposan junto al altar y allá, en un rincón de la banqueta, está un busto en su memoria, que se parece más a John Wayne que a él. El templo enorme, abierto y acogedor que nos vió crecer es ahora cautivo de cadenas. Sobran rejas y falta vida..... falta tal vez, la inagotable energía del padre Salcido.
desearia saber mas de el presbitero jaime salcido l. su biografia, si dejo obra escrita, como era agradecere gracias tomas de jesus alvarez ceja cd. Madero tamps.
ResponderEliminarBusque los Cinco minutos de oración en el hogar creados por él y que todavía s publican, con reflexiones del evangelio del día.
EliminarUno de los templos más hermosos de sonora, obra de nuestro inolvidable padre Jaime Salcido, que cubrió toda una época en nuestro querido barrio de San Benito; sacerdote íntegro y trabajador, de los primeros que usó la imprenta para evangelizar, incansable constsuctor de centros de catecismo para la difusión del evangelio;después trabajaría en Magdalena y allí saldría la bonita publicación de loa "Cinco minutos de oración en el hogar", con profundas meditaciones sobre la fe y la vida del cristiano, obra que permanece hasta nuestros días; y sí, sería el primero que pondría rejas y candados y órden, como lo hay ahora, para preseevar ese magnífico templo por el edificado.
ResponderEliminarQue año escribio los 5 minutos de oracion .
ResponderEliminarEn que año a que año escribio los libros de 5minutos
Me gustaria leer lo que escribio y leerlos cuando tenga problemas creo seria edificante
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