La quería yo tanto y se fue.....

Este 12 de junio se cumplieron 28 años de que doña Arminda se durmió para siempre y no pasa un día sin que de una u otra forma se manifieste su presencia en nuestras vidas. Recordamos su sentido del humor, su comida, su música, pero sobre todo su gran amor. La recordamos sin dolor, con profundo agradecimiento por haber sido parte de su entorno y hasta sus descendientes que no la conocieron han hecho de ella una leyenda familiar: es la "Uma" de todos y todos tienen algo que ver con ella, en un milagro de amor.

¿Cuántas personas hay en el mundo que quisieran lograr esa trascendencia?... hacen cosas increíbles para "pasar a la posteridad" y generalmente son olvidadas a la vuelta de la esquina. Desde la infancia se hace presente el  imperativo de destacar en lo que se haga, de dar el 120%, de ser los mejores para que su huella perdure, con un resultado previsible:  legiones y legiones de adultos estresados, frustrados y deprimidos, en el mejor de los casos, y en el peor, amargados y resentidos, por no haber alcanzado los estándares establecidos.

Ella, la Uma de nuestra familia, no buscó la trascendencia que logró... estaba muy ocupada con su enorme familia, agregados y anexos. Siendo extraordinariamente inteligente definió sus prioridades y se fundió en ellas con alegría y amor. Defendía su posición pacifista, asegurando que el conflicto no lleva a ninguna parte. Que si nos peleamos con alguien que es más fuerte, es como escupir hacia arriba; que le damos poder sobre nosotros a quienes tienen la capacidad de hacernos enojar y que el que alguien piense diferente, no lo hace nuestro enemigo. Promovió la unión y la integración con alegría y formó una familia unida, con miembros diferentes y hasta opuestos en personalidad, intereses y preferencias políticas, pero respetuosos todos de la individualidad y decisiones de cada quien... con un amor incuestionable.

Hoy la recuerdo con mayor intensidad. Su fuerza era nuestro pilar cuando en el exterior la situación era confusa. Ella veía las cosas con gran sencillez y claridad. Hoy quisiera ser recipiente de su gran sabiduría. Me pregunto cuál sería su opinión sobre lo que estamos viviendo, me encantaría saberlo... pero se fue. La quería yo tanto y se fue, para nunca volver.

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