Nuestra Historia

La semana pasada me tocó, por pura suerte, visitar la exposición del Bicentenario, en Palacio Nacional. Solicitamos un aparatito de ésos que te van explicando lo expuesto: un recorrido por 200 años de historia, banderas, objetos personales de nuestros héroes nacionales, sus osamentas y ¡el original del Acta de Independencia de México!, con la firma ahí, en vivo y a todo color de mi ilustre tatarabuelo, el Marqués de Rayas... un niño en una dulcería no hubiera estado tan emocionado como yo me sentí.

Fue un recorrido de más de tres horas que me hizo pasar por toda la gama de sentimientos, desde el nudo en la garganta ante el estandarte de la Virgen de Guadalupe, las banderas bordadas a mano usadas en las diferentes batallas y los sencillos enseres de aseo de Maximiliano, hasta la indignación ante las omisiones claramente intencionales de algunos pasajes de nuestra historia, sobre todo del siglo XX, pasando por el asombro ante una corona de laureles hecha de oro y piedras preciosas, una enorme medalla tambien de oro y la ostentosa silla presidencial de...¡Benito Juárez!

Es una exposición muy digna de verse, - "aprendí más historia aquí que en todos mis años en la escuela" - me dijo mi joven compañera de viaje. Con todos sus "asegunes", esta es una gran presentación de nuestra Historia, de nuestras Raíces, de nuestra Patria. Bien por quien tuvo la idea y más bien por quienes la llevaron a cabo.